Revista Claves
nº 189 – mayo 2010
Proyecto
y planificación estratégica
Nada más oportuno que volver a nuestra realidad provincial
para observarla con perspectiva de futuro, justo en el mes del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Al
escribir la nota, tenía presente aquellas otras publicadas en CLAVES (nº 178 dic./08 y nº 184 oct./09),
tituladas “Un proyecto geoestratégico para Salta” y “La agenda de los
Bicentenarios: memoria, identidad y futuro”, respectivamente. Una inesperada y grata
consecuencia es advertir hoy cómo se está reaccionando progresivamente contra la
esclavitud de la coyuntura, al pensar la provincia con visión de largo plazo.
Lo venimos haciendo desde hace más de un año un grupo de personas de variadas extracciones,
reunidos regularmente en la Fundación COPAIPA. También ha encarado esta
sensible cuestión el Gobierno provincial, como es de conocimiento público, con
el soporte técnico de la
Escuela de Negocios de la Universidad Austral
y la Fundación Salta.
El avance gubernamental puede ser verificado en www.fundacion-salta.com.ar.
Una evidencia fue la exposición del Sr. Dante Apaza, Secretario de Planificación
Estratégica de la Provincia ,
el 13 de mayo pasado en esa Fundación. Después de la disertación hubo un debate
franco que permitió clarificar algunos aspectos conceptuales. Aunque no es
motivo de esta nota analizar la propuesta estatal, resulta oportuno un par de
comentarios para clarificar y sumar al debate. El primero se refiere a la diferencia
entre proyecto y planificación estratégica. El aspecto central de la primera de las
notas citadas aludía precisamente a la carencia de un proyecto geo-estratégico salteño, cuya definición y contenidos necesitan
más de la Política (así, con mayúsculas) puesto que se trata de fijar una meta histórica
y plantear objetivos y prioridades para llegar a ella. Por su parte, la
planificación estratégica es puntual y operativa, se relaciona con uno o varios
objetivos, está deferida a técnicos competentes y se inserta en un “plan maestro”.
El segundo comentario se refiere a la “encarnación” del proyecto en el pueblo,
lo cual a su vez nos relaciona con lo que se denomina “criterios estructurales”
del proyecto, esto es, qué se quiere,
para qué, cómo y quién lo hará. Cuanto
más abierto el juego y de más abajo se reciban ideas y propuestas, más
arraigará el proyecto, de modo que sus líneas centrales nunca se abandonen o
cambien sin debida justificación por los actores políticos. Por eso consideré
oportuno decirle al Secretario Apaza que la credibilidad del plan de desarrollo
estratégico que proponga el gobierno provincial, sumará legitimidad si pasa por
el tamiz del Consejo Económico y Social, aún nonato.