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28 de septiembre de 2016

Pequeño aporte para una nueva instancia diplomática (con incertidumbres)

Diario El Tribuno, 28 de Septiembre de 2016

El presente artículo tiene por objeto exponer un aspecto jurídico, a propósito del reciente Comunicado Conjunto de las Cancillerías argentina y británica, con motivo de la visita al país de Alan Duncan, Ministro de Estado para Europa y las Américas del Reino Unido. Para ello, nos atendremos a la información oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores (ver aquí).

En esta materia siempre es bueno tener presente el principio de unidad de la disputa: lo que está en juego no es solo el archipiélago malvinense, sino también los de Georgias y Sandwich del Sur, sus espacios marinos circundantes y la plataforma continental, más su proyección antártica, implicando desde luego el aprovechamiento preferencial de los recursos marítimos y del lecho y subsuelo, respectivamente. 


30 de marzo de 2016

La plataforma continental argentina


La Convención sobre Derecho Internacional del Mar (CONVEMAR, Jamaica 1982), uno de los grandes tratados “codificatorios” de Naciones Unidas, estableció cómo los Estados ribereños debían establecer sus respectivas jurisdicciones marítimas: mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva y plataforma continental, medidos desde la línea de base, que es la de bajamar.

26 de octubre de 2012

La Libertad embargada (algunas consideraciones desde el derecho y política internacionales)


El embargo de nuestra emblemática fragata insignia, buque escuela de la Armada Argentina, conmovió a todos los argentinos, costeros y de tierra adentro. Este artículo tiene por objeto poner en consideración del lector normas internacionales básicas aplicables al problema.

I. Una tarea significativa orientada al desarrollo progresivo y codificación del derecho internacional, fue la recopilación y análisis de leyes, reglas, usos y costumbres aplicables a jurisdicciones marítimas nacionales e internacionales. El resultado fue debatido en tres Conferencias de Naciones Unidas, reunidas las dos primeras en Ginebra (1958 y 1960); pero en esos años de guerra fría no se daban las condiciones para una generalizada adhesión de la comunidad internacional. La definitiva empezó a deliberar en diciembre de 1973 y concluyó en abril de 1982 con la firma de la Convención sobre Derecho Internacional del Mar (CONVEMAR) en Montego Bay, Jamaica. El nuevo régimen –legitimado por un amplio consenso logrado en largos debates previos- se aprobó con el voto afirmativo de 130 países, 4 en contra y 17 abstenciones, más el convencimiento de que su contenido contribuirá a regular el medio marino, habida cuenta de los incalculables recursos naturales que encierra y la necesidad cada vez más apremiante de explotarlos sin poner en peligro la paz mundial.
A los efectos del tema de esta nota, nos centraremos en las disposiciones relacionadas con la ilegal retención de nuestra Fragata en el puerto de Tema, 30 km al este de Accra, capital de la República de Ghana.

24 de junio de 2012

La temperatura del Ártico: a propósito de las señales en el cielo


Revista Claves nº 210 – junio 2012

En el nº 208 de Claves esta columna se tituló “Señales en el cielo”, con el objeto de exponer sucesos y protagonistas del rediseño mundial. De entre tantos para observar y analizar en función de un nuevo orden internacional en marcha (aún con las prevenciones y limitaciones que ello implica), en el Mar Glacial Ártico se perciben roces. Los hechos están obligando a fijar posición a sus protagonistas principales -los países ribereños- y a otros actores de la comunidad internacional. Tire y afloje por espacios marítimos y recursos naturales: signo de estos tiempos.

Tormentas en el Ártico
En otra ocasión habíamos mencionado algo de la problemática  en el Ártico (“Tormentas en el mar”, Claves nº 168 – abril de 2008), un océano cuyas aguas bañan las costas de Canadá (Nunavut, Yukón y territorios del Noroeste), Estados Unidos (Alaska), Rusia, Finlandia, Suecia, Dinamarca (provincia autónoma de Groenlandia e Islas Feroe), Noruega e Islandia. Las de mayor extensión corresponden a la Federación Rusa, la más interesada en fijar sus pretensiones y por eso la que maneja los tiempos en esa región. Cuestión básica para los ocho: delimitar los espacios territoriales, marítimos y la plataforma que les corresponda para extraer recursos del mar y del subsuelo. Por cierto, a ninguno de esos países le ha pasado por la cabeza ofrecer al Mar Ártico entero como “patrimonio común de la humanidad”.

Sin embargo a la comunidad le debe importar, y mucho, cuanto allí suceda. Ártico y Antártida, dos regiones de enorme importancia estratégica, son zonas de tensión y a la vez laboratorios de las relaciones de poder princiseculares respecto de los modos en que han de encararse y resolver conflictos “globales”, por definición.

Lo que ocurra con ambos polos podría proyectarse a otros espacios sobre los cuales se avance “en interés de la humanidad”. Selvas, territorios vacíos, reservas de fauna, aguas, hidrocarburos, hoy bajo jurisdicciones nacionales, podrían llegar a ser susceptibles de algún tipo de control internacional aprovechando la incuria, desaprensión o incompetencia de los propios gobiernos.

1 de abril de 2008

Tormentas en el mar

Claves nº 168 - abril 2008

La relación del hombre con el medio ambiente presenta  constantes desafíos. El trato habido a lo largo de los siglos llegó hoy a niveles críticos a causa de la imprevisión y sobreexplotación de los recursos naturales. Por eso, situaciones políticas impensadas o imprevistas obligan a las naciones a regularlas jurídicamente para que el desmadre no afecte la paz y seguridad internacionales. En esta nota se abordarán dos cuestiones que, mal encaradas, darán dolores de cabeza en el corto plazo.

Luego de casi una década de negociaciones, una conferencia multilateral promovida por la ONU, reunida en Montego Bay, Jamaica 1982, adoptó el texto de la Convención sobre Derecho Internacional del Mar (CONVEMAR). Fue un gran esfuerzo que permitió a los países del mundo contar con reglas de juego claras para delimitar espacios marítimos a partir de la línea de baja mar. Las cuestiones que se tratarán en esta nota tienen respuesta jurídica en ese corpus. En su momento, el Secretario General Kurt Waldheim fue bastante gráfico al señalar: “No debemos remplazar las viejas disputas en la tierra por nuevas disputas en el mar”.