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5 de julio de 2020

El reloj de Belgrano

El Tribuno, 5 de julio 2020

 “Somos el porvenir de aquellos muertos;
nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar”
(Oda a la Patria, Jorge L. Borges)

 

Durante junio pasado homenajeamos a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano a 200 años de su muerte. Con distintas miradas se recordó su peregrinar por estas crueles provincias, que contribuyó a independizar con ideas y batallas, y  un legado moral todavía inconcluso.


Belgrano abarca mucho más que la bandera si consideramos su tenacidad, dolores, frustraciones y vacilaciones propias del difícil tiempo en que vivió. Alguien dijo que fue abogado de profesión, economista por vocación y militar por necesidad. Amó y fue amado, estudió, administró, polemizó, viajó, negoció, guerreó, se equivocó, enfermó, rezó: una dimensión humana solapada detrás del prócer.


Salta, provincia fundante de la Nación Argentina y teatro trágico de la gesta independentista, es también belgraniana. La reciente instalación de una llama votiva en el Campo de la Cruz indica que hay allí una tumba de guerra, potenciando el simbolismo de la consigna “A vencedores y vencidos”.

16 de diciembre de 2019

Es momento de actuar

Diario El Tribuno, 16 de diciembre de 2019


Se abrió otra etapa en la Argentina binaria para los próximos cuatro años y, es obvio, se renovaron esperanzas, expectativas e incertidumbres. Por mi parte reconozco que tengo poco de las dos primeras y bastantes de la última, por varias razones largo de explicar. Lo cual no inhibe el ferviente deseo de que podamos finalmente salir de nuestro empantanamiento. Pero sin cheque en blanco.


7 de julio de 2016

9 de Julio de 2016: ¿por qué llegamos así?

Diario El Tribuno, Especial Bicentenario, 07 de julio 2016

Duele mucho haber llegado a este día insigne en la situación en que estamos: fragmentados, confundidos, deslegitimados, siempre al margen de la ley y, por eso, devastados por una corrupción sistémica que explicita la peor anomia argentina. Todo eso indispone para un cambio cualitativo de conductas, tanto institucional como personal.

Las que siguen son reflexiones desgranadas en notas, conversaciones o debates desde 2009. El sexenio 2010-2016 pensé -ingenuamente- sería una ocasión ideal para reencontrarnos como nación con dos siglos de peregrinaje independiente. ¿Perdimos ya la posibilidad -mirándonos a los ojos- de revisar las etapas históricas que nos hicieron como somos?

17 de junio de 2016

Para reivindicarlo hace falta bastante más que un feriado

Iruya.com, 17 de junio de 2016

¡Pobre General Martín Miguel de Güemes! 195 años después llegó un reconocimiento tardío, plasmado en un feriado nacional antes que en los manuales para escolares. La reivindicación adquiere mayor sentido pocos días antes de festejar el Bicentenario de la Independencia.

24 de diciembre de 2014

Kaplan y Piketty: repensar, diseñar

Revista Claves nº 235 – diciembre 2014

A modo de recensión:

Mientras se agota el sexenio de los Bicentenarios y se hace evidente que la famosa década no fue ganada ni perdida antes bien desperdiciada, nuestra dirigencia -toda dirigencia, no solo la política- continúa con la brújula desmagnetizada. Así las cosas, los países que ignoren el largo plazo carecerán de protagonismo mundial.

Cada tanto aparecen autores ofreciendo perspectivas novedosas o inquietantes, relecturas de una Historia todavía con final abierto. Esos intelectuales -formados en los principales centros académicos o económico-financieros de potencias desarrolladas- producen obras de amplia difusión aunque a veces muchas no pasan de best sellers; la lista es larga. Varios de ellos fueron y son tenidos en cuenta por cancillerías, ministerios de defensa o de economía, más allá de la calidad de los pronósticos y propuestas. 

La concentración de la riqueza ínsita en el “capitalismo salvaje”, la revalorización de los espacios terrestres y marítimos, el acopio y protección de recursos naturales propios y ajenos, están suscitando cada vez mayor atención, pese a que nadie sabe a ciencia cierta si en definitiva el problema de la humanidad es el calentamiento global u otra inminente era de hielo, o si el mundo estallará por exceso poblacional. 

En esa línea, dos autores reconocidos en sus respectivos ámbitos de actuación han generado un ruidaje singular, con sendos libros que se destacan. Empezaremos por orden de aparición.

La venganza de la geografía.

Robert D. Kaplan (RK) publicó en 2012 La Venganza de la Geografía. Cómo los mapas condicionan el destino de las naciones [1]. Nacido en Nueva York en 1952, profesor de Seguridad Nacional e integrante del Consejo Asesor del Departamento de Defensa norteamericano, es periodista y posee larga trayectoria como analista de las relaciones internacionales. Publicó libros que han sido el resultado de sus viajes por lugares conflictivos del mundo, en los cuales despliega vastos conocimientos históricos y geográficos.

La tesis de RK está insumida en el sugestivo subtítulo de su obra. Sostiene que los contextos geográficos y las realidades naturales siempre han definido naciones e imperios y, por tanto, motivo de conflictos recurrentes. Así ha sido hasta ahora  y lo será en adelante, más allá de los condicionantes que la globalización imponga a los actores estatales.

En los inicios mismos del libro, plantea la necesidad de “recuperar el sentido de la geografía” para lo cual primero cabe establecer cuándo y por qué se perdió, ya que la respuesta hará entender mejor el funcionamiento y las necesidades del mundo. 

En las tres partes en que se divide el libro (Visionarios, El mapa de principios del siglo XXI, El destino de Estados Unidos) RK realiza un puntilloso repaso de las tendencias ancestrales de las principales civilizaciones del mundo y cómo se fueron construyendo y modificando los límites estatales, agrandándose o achicándose según las alternativas políticas, y cuya última justificación era la legítima defensa o la guerra de conquista.

Para indicar que dichas tendencias no se han modificado sustancialmente hasta ahora, rememora a los grandes teóricos de la geopolítica (H. Mackinder, por caso) y de las relaciones internacionales (H. Morgenthau, quien definía la geopolítica como una pseudociencia), los redescubre y confronta con otros algo olvidados o menos conocidos. 

De esa ida y vuelta se infieren situaciones y posiciones estatales que responden a una constante histórica. De hecho, los países-continente adquieren singular relevancia, y así queda expresado en las referencias sobre Rusia “y el corazón continental independiente”, “la geografía del poder chino” y el “dilema geográfico de la India”. En cambio relativiza la importancia geoestratégica de Brasil, por estar fuera del control de rutas de navegación estratégicas debido a su aislamiento sudamericano.

También realiza eruditas consideraciones sobre ciertos comportamientos estatales posteriores al derrumbe de la Unión Soviética,  que se explican mejor por viejas tendencias históricas y necesidades geopolíticas. 

Así, analiza el reposicionamiento de la Mitteleuropa y la incidencia en ello del eje Bosnia-Bagdad, la vigencia del mapa euroasiático y la “teoría” del anillo continental con la sempiterna lucha del poder continental (sostenido por H. Mackinder) contra el poder marítimo (cuyo atractivo -pregonado por A.T. Mahan- reside en considerar que los océanos Índico y Pacífico determinarán el destino geopolítico mundial). 

Por último, replantea la importancia que tiene la geografía para el largo plazo de Estados Unidos, enfrentado a “[…] tres dilemas geopolíticos primordiales: “un caótico corazón continental euroasiático en Oriente Medio, una superpotencia china arrolladora y en alza, y un Estado mexicano con graves problemas”.  

El capital en el siglo XXI.

Thomas Piketty (TP)[2]  sacudió con su libro al mundo académico y sus pragmáticas vinculaciones; recién está llegando a Salta la versión española editada por el FCE. No obstante, numerosos avances y comentarios de distinto origen y autoría permiten aproximarnos el meollo de su opera magistra[3], que ha recibido por igual mandobles de la derecha y la izquierda, lo cual precisamente lo hace convocante. 

El joven economista francés analiza dos visiones clásicas: 1 - la apocalíptica de aquel C. Marx que describió el principio de acumulación, o sea –señala TP- “[…] la inevitable tendencia del capital a acumularse y a concentrarse en proporciones infinitas, sin límite natural […]”, y 2 - el cuento de hadas de S. Kuznets, autor en 1954 de la “curva” que lleva su nombre, la cual sostenía que “[…] la desigualdad del ingreso se ve destinada a disminuir en las fases avanzadas del desarrollo capitalista, sin importar las políticas seguidas o las características del país, y luego tiende a estabilizarse en un nivel aceptable”, en resumen la rentas del capital tienden a superar al crecimiento económico, que –por fin aprendimos- no es lo mismo que desarrollo.

A propósito, destacamos dos de cinco puntos esenciales con que J. Bradford Delong[4]  (ex secretario adjunto del Tesoro de EE.UU y profesor en Berkeley) resume la tesis de Piketty, los cuales advierten sobre la vastedad de las implicancias: “La relación entre la riqueza de una sociedad y la renta anual tiende a crecer (o decrecer) hasta un nivel igual a la tasa de ahorro neto dividida por la tasa de crecimiento”, y “Una sociedad donde los ricos poseen un alto grado de influencia económica, política y sociocultural es en muchos aspectos una sociedad indeseable”. Por eso TP se aleja del dogma del “derrame” sostenido por la ortodoxia económica liberal, convirtiéndose en consecuencia en blanco de críticas por ese lado. 

Igual lo zamarrea la ortodoxia marxista, acusándolo de buscar salidas a la desigualdad en las políticas fiscales “impuestas desde arriba” por un capitalismo con rostro humano, al decir de Russell Jacoby[5]. Al centrar sus análisis en las estadísticas relativas a los niveles de ingreso, TP olvidaría que solo el trabajo crea la riqueza y genera la “tensión no resuelta del capitalismo, en tanto necesita de la fuerza del trabajo pero a la vez tiende a prescindir de ella”. No se trata solo de fiscalidad progresiva, entonces.

Sin embargo, TP pronostica que en las próximas décadas empeorará drásticamente la distribución del ingreso en países que sostienen la democracia y el libre mercado, lo que anticipa agudas crisis sociales a causa de una baja tasa de crecimiento; tal vez por eso haya causó tanto impacto en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, más que en su propio país. Sin embargo, propone establecer un impuesto global y progresivo sobre el patrimonio  a nivel mundial, que levantó polvareda: “El mundo acabará yendo en esta dirección”, dijo en un reportaje[6]; “Se pueden ir dando pasos hacia él, peldaño a peldaño, en Europa por ejemplo, sin que tengamos que esperar obligatoriamente al advenimiento de un gobierno mundial en la suposición de que sin él no pueda avanzarse nada”. A la vez sostiene que la educación y la inversión en el conocimiento son mecanismos decisivos para la reducción de las desigualdades.

Comentarios a manera de cierre.

Hay una coincidencia entre ambos autores: ambos razonan, tienen en cuenta y están ubicados en la porción norte del planeta, que siempre ha controlado la política mundial. Por ende su visión es obviamente etnocéntrica y, por tal razón se hace imprescindible leerlos. La cuestión es, quiénes deberían hacerlo y en qué ámbitos, ya que lo pero que se puede hacer es ignorarlos.

Si los mapas condicionan el destino de las naciones, como anuncia Kaplan, lo menos que se debe hacer es estudiar a fondo los nuestros para evitar los determinismos que nos han encerrado en el fin del mundo.

En cuanto a Piketty, resulta difícil y quizás inconducente circunscribirlo al plano académico, pues él mismo asume que un buen economista además debe ser un antropólogo, historiador y sociólogo. Con todo, entre nosotros Juan Llach (en La Nación, 04/05/14) ha ponderado su análisis pero le critica -por sesgadas- sus proyecciones largas “[…] en las que fracasaron pensadores de la talla de Marx (no vio el nacimiento de las clases medias y de la socialdemocracia), Keynes (pronosticó estancamiento secular justo antes de la mayor era de crecimiento de la historia) o Myrdal (vio muy difícil que Asia creciera, justo antes de su gran salto)”. Para el economista argentino, el gran error de Piketty ha sido centrar su análisis en los países desarrollados, cuando el centro de la acción está más en los emergentes. Coincidimos, y sumamos a eso la preocupación de que, en este lado del mundo, todavía no hemos logrado implementar medidas eficaces para eliminar o al menos mitigar tanta exclusión social y prevenir conflictos futuros. ¿O es que el negocio está en mantener la pobreza?

Mucho más se podría decir sobre ambos libros, cuya perdurabilidad tampoco podemos pronosticar; aunque para el objeto de esta nota y dadas las limitaciones de su autor, lo expuesto parece suficiente.

Lo real es que todo está en debate, nada es completamente prístino ni desinteresado: el poder y su acumulación sigue siendo el motor de las relaciones internacionales y, hasta ahora, no hay derecho internacional que lo amortigüe. 




[1] Publicado por RBA Actualidad, Barcelona 2012. El libro va ya por su quinta edición en español.
[2] Nacido en Clichy en 1971, doctorado a los 22 años de edad, desde 2000 es director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales y enseña también en la Paris School of Economics.
[3] Le Monde Diplomatique, septiembre de 2014, reprodujo la Introducción del libro. A los efectos de esta nota también tenemos presente “Optimistas vs. sombríos: cómo será el capitalismo cuando llegue 2100”, Sebastián Campanario et al., publicado en La Nación 04/05/14.
[4] Ver “El problema de la derecha con Piketty”, El País, 11/05/14.
[5] Profesor de historia en la Universidad de California. Ver “Los olvidos de Thomas Piketty” en  Le Monde Diplomatique, septiembre de 2014.
[6] Realizada en Barcelona por Xavier Vidal-Folch, el 15/10/14, para el diario El País. Ver .

3 de septiembre de 2014

Tenemos que hacer la síntesis antes de 2016

Nota publicada en El Tribuno de Salta el día 03-09-2014
 
Argentina reencontrará su destino de grandeza cuando sintetice tres momentos centrales de su historia del siglo pasado, aportados por el radicalismo, el justicialismo y el desarrollismo, antes de que finalicen los Bicentenarios. Para ello se necesitan dirigentes de superior clarividencia.

En 1983, el Preámbulo de la Constitución Nacional fue la más astuta consigna de campaña. Obvio: tras una época a puro plomo, siniestra, la mayoría salíamos del fuego cruzado entre salvadores de la patria y las "vanguardias" que, escudadas en la recuperación de la democracia, disimulaban una patria socialista construible también a sangre y fuego, si fuera menester.

24 de abril de 2014

Traslado de la Capital Federal (segunda y última nota) Sí o no: la decisión requiere mucho análisis



Revista CLAVES nº 229 – abril 2014

Han pasado dos meses desde que el diputado Domínguez lanzó en Cafayate la propuesta de llevar la Capital Federal a Santiago del Estero. Como era previsible, la sucesión presidencial –planteada ya en términos de batalla campal- y sus derivaciones políticas, económicas y sociales erradicaron el tema de la agenda, confirmando lo del globo de ensayo. Una lástima. Tozudos, seguiremos insistiendo en la necesidad de un debate amplio y honesto sobre fondo y trasfondo de la cuestión. 

24 de marzo de 2014

Traslado de la Capital Federal (primera parte): ¿Bomba de humo, globo de ensayo?



Revista Claves nº 227 - marzo de 2014

¿Es conveniente, justo y necesario un traslado de la capital federal argentina? ¿Por qué?, ¿a dónde?, ¿cuándo? ¿Solucionará las todavía irreductibles diferencias económicas-socioculturales del país?; ¿el traslado resolverá la insoportable levedad e incompetencia del “ser” argentino, incapaz de asumir el largo plazo? ¿La propuesta de traslado sacudirá por fin las criollas neuronas y nos pondrá en la ardua tarea de recuperar el tiempo perdido? En verdad no queda mucho, si consideramos el plazo simbólico del 9 de julio de 2016. El tema da para largo, pero igual incito a sumarnos al debate desde esta columna… ¡y que salga el sol por Antequera!

24 de octubre de 2013

A propósito del Consejo Económico y Social: Consejo, participación, representación



Revista Claves nº 224 – octubre de 2013
 
Volvemos sobre el tema. El Director de Claves y el autor de esta nota hemos considerado la necesidad de introducir en esta columna temas que propicien el debate de ideas, sobre todo si se trata de pensar un proyecto de Provincia para el largo plazo.

Contados con los dedos de una mano…

En la nota anterior propuse al CEyS como una herramienta para la geoestrategia (Claves nº 223 – septiembre 2013). ¿Sobredimensioné su importancia ahora que toca el turno de su inminente puesta en marcha? Tal vez una respuesta se encuentre en la morosidad que tuvo la sanción de su ley de creación. Paso a aclarar.

24 de septiembre de 2013

El Consejo Económico y Social, herramienta para la geoestrategia



Revista Claves nº 223 - septiembre de 2013

"No hay vientos favorables para el marinero que no sabe qué rumbo poner" (Séneca)

El martes 3 de septiembre en la sede del COPAIPA, por su iniciativa y la del Círculo de Legisladores y FEPUSa, hubo un acto de apoyo a la sanción de la ley de creación del Consejo Económico y Social (CEyS)[1], órgano consultivo incorporado a la Constitución de Salta, en la reforma de julio de 1986. En la ocasión se homenajeó a las Cámaras de Comercio e Industria y de Comercio Exterior, al grupo GEICOS, Fundación Salta y a Pro Cultura, entidades de larga trayectoria en nuestro medio.

Plenitud de tiempos

No es momento para reproches sino de celebración… y cauto optimismo. Pero algún día sabremos en detalle por qué los principales actores políticos de la Provincia demoraron 27 años en aprobar esa ley. Una respuesta sincera –y quizás contrita- a este requerimiento servirá para garantizar la supervivencia y eficacia del nuevo ente público no estatal, cuya vigencia han reclamado sin pausa los sectores sociales intermedios en diversas oportunidades y de muchas maneras. [De lejos abruma una sospecha: en la política vernácula, pequeña y hostil, el uso y abuso de lo coyuntural continúa siendo pingüe negocio de filibusteros]. 

La sanción a mediados de agosto ocurre en un contexto inauditamente propicio: el Gobierno provincial cuenta desde 2009 con una Secretaría de Planificación Estratégica y la Fundación Salta -con apoyo oficial y de la Universidad Austral- aportó un Plan de Desarrollo Estratégico SALTA 2030, empeñosamente elaborado. Finalmente los planetas se alinearon y hoy es ahora o nunca.

24 de noviembre de 2010

Alberto Methol Ferré, Constructor de Unidad


Claves nº 195 – Noviembre 2010

El siguiente fue el discurso pronunciado por el autor en el acto de cierre del XXII Congreso Argentino de Derecho Internacional “Argentina y su proyección latinoamericana en el Bicentenario de la Revolución de Mayo”, realizado en nuestra ciudad los días 21, 22 y 23 de octubre pasados, coorganizado por la Universidad Católica de Salta y la Asociación Argentina de Derecho Internacional.

24 de agosto de 2010

La “cuestión” indígena en la Argentina del Bicentenario (2ª nota)

Revista Claves n° 192 - Agosto 2010

En el número anterior de Claves aproximamos al lector a la complejidad jurídica e institucional de lo relacionado con los “pueblos originarios”. Al final de esa nota nos preguntábamos qué habríamos hecho tan mal en 200 años para que algunas comunidades indígenas hayan dejado de identificarse con el Estado Argentino. Esta segunda nota expone cuestiones de abordaje ineludible para un país como el nuestro, en el cual todavía se constatan indicadores de subdesarrollo[1], fragilidad institucional y cierta tendencia disgregadora propia de las sociedades anómicas. Con todo, la severidad del diagnóstico no obsta la esperanza de redención nacional que urge restaurar en estos tiempos de Bicentenario.

Hay dos aspectos básicos que contextualizan las batallas políticas y legales de los movimientos indígenas en los últimos 50 años a lo largo y ancho de la América Latina (y no solo en ella, desde luego). Su evolución, tratamiento y resultados no han sido exactamente igual en países con amplias comunidades aborígenes. En varios de ellos el tratamiento legal impulsó reformas constitucionales para habilitar soluciones legales específicas, desactivando tensiones sociales que afectaban a las sociedades nacionales involucradas. Eso ocurrió, por ejemplo, en Ecuador, Méjico, Nicaragua y Panamá en distinto grado y momento; el caso más próximo a la Argentina se constata con la Nueva Constitución de Bolivia en vigor desde febrero de 2009, que instituyó un Estado Plurinacional Comunitario.

24 de julio de 2010

La “cuestión” indígena en la Argentina del Bicentenario


Claves n° 191 - Julio 2010
  
En este Bicentenario la cuestión indígena todavía no es abordada desde una perspectiva integradora y en función del interés nacional. Quizás en los actores políticos haya más improvisación que desmerecimiento del plexo de reclamos promovidos con dinámica singular por los interesados, que pueden acarrear sacudones institucionales inéditos. Discursos hechos, a menudo inflexibles, ideologizados, cuando no de corrección política, condicionados por un anacrónico sentimiento de culpa, apenas disimulan pereza intelectual o demagogia política. En definitiva, se trata de la consecuencia de una suma de errores repetidos, desprecios y desencuentros que costarán caro si no se proponen soluciones concretas para los más postergados habitantes de la Argentina, con una visión para el corto, mediano y largo plazos.

24 de octubre de 2009

La Agenda de los Bicentenarios: Nación, Identidad y Futuro

Revista Claves nº 184 – Octubre 2009

“Siempre hemos sostenido que, por encima de discrepancias y matices ideológicos, hay una inteligencia argentina que reproduce la vocación popular hacia la unidad y la personalidad irrenunciable de la nación” (Arturo Frondizi, “Cultura para el desarrollo y la autodeterminación de la Nación”, en Cultura Nacional, p. 366. Ed. Crisol, Buenos Aires, 1976).