18 de noviembre de 2012

Concejales Iconoclastas Doblan Apuesta



Viendo pasar

 
Justo mismo el martes 13 fui embarcado -con distinguidos historiadores salteños- por los concejales objetores de la eliminación post mortem (valga la redundancia) del Virrey Toledo, para exponer el punto de vista anticipado en mi nota “Concejal iconoclasta derrumba Virrey” publicada días antes. De modo que repasar ese artículo será útil para comprender mejor este complemento. Enterados de esa reunión, contraatacaron los concejales anti-Toledo y su variopinto estamento de apoyo; afirmados en sus trece (des)calificaron a los pro-dejenlascosascomoestán.

Por cierto no soy historiador, mi speech buscó enmarcar la debatida propuesta dentro de un escenario más amplio y con visión de largo plazo. ¿Qué tiene que ver esa perspectiva con el cambio de nombre de una avenida? Lo tiene, en tanto sostengo hace rato que se están reacomodando las piezas en el tablero mundial y el nuevo orden internacional que se avecina será liderado por países que sostengan proyectos y no modelos. Para tener “proyecto” es imprescindible haber logrado una síntesis que resuma lo mejor de cada historia nacional sin negar lo malo sucedido. De modo que urgen coherencia, unidad, responsabilidad, generosidad, patriotismo, para no quedar al margen. Lograrlo en esta Argentina de tiempo de bicentenarios parece misión imposible. Me sumo a los que reclaman seriedad y humildad en la búsqueda de esa síntesis superadora que erradique la lamentable división actual, producto de la épica fundacional de quienes actúan como si la historia empezara cuando ellos llegaron. Así habrán razonado, precisamente, Moctezuma I y Pachacútec, Cortés y Pizarro, y tantos más de distintas latitudes y épocas.

1 de noviembre de 2012

Concejal Iconoclasta Derrumba Virrey



Viendo pasar

Abstraído por la crisis de la Fragata, regreso intelectualmente a cuestiones de la Mvy Noble y Leal Civdad de Salta, abocándome al conocimiento de un singular proyecto de ordenanza. Así, me impuse de los fundamentos mediante los cuales un concejal, a la sazón presidente del H. Cuerpo, propuso a) cambiar de nombre a la Avenida Virrey Toledo y extirpar de la Plazoleta 4 Siglos el inquietante monumento a don Francisco, b) suplantarlo por el de doña Juana Azurduy de Padilla, a construir, y c) asignar nuevo nombre a la más larga avenida de nuestra ciudad. [La Coronela de la Patria Grande merece todo nuestro reconocimiento y un lugar de conmemoración aparte y autosuficiente más bien cercano al Gral. Güemes, pero sin demoler a nadie para construir encima. Todas las grandes culturas hicieron eso demasiadas veces].  

En realidad sería como trozarla. La cuestionada avenida recorre Salta de punta a punta, bordeando las serranías del este, con nombres distintos: el del quinto Virrey del Perú, Reyes Católicos hacia el norte e Hipólito Yrigoyen al sur. La denominarían Av. del Bicentenario de la Batalla de Salta en toda la extensión; batalla, dicho sea de paso, hito de la independencia que supimos conseguir con el coraje de criollos, mulatos, indios, negros y españoles. [En todo caso, ¿no sería más coherente cambiarle el nombre a la Av. Sarmiento, cuya cabecera se halla donde precisamente ocurrió el heroico suceso militar? Además el sanjuanino, liberal incordio, instaba a derrochar sangre de gauchos].