Revista Claves nº 40, junio de 1995
Estas líneas se empezaron a escribir horas después de conocidos los actos terroristas de Madrid, Oklahoma y Yokohama, ciudades de tres países del primer mundo. Esos trágicos sucesos preanuncian, como una ominosa señal, la calidad de conflictos previsibles para el siglo XXI. El terrorismo internacional, cualquiera fuese su fuente inspiradora, es un dato actual de las relaciones internacionales y no responde a un comportamiento político previsible. Semejante signo de los tiempos estaba lejos de ser imaginado por quienes advirtieron, mientras se desarrollaba la más universal de las guerras convencionales, la necesidad de reelaborar reglas de juego sobre la base de que los conflictos armados no podían admitirse como instrumentos lícitos para obtener objetivos nacionales.