CLAVES Nº 145 – Febrero de 2006
“Cuando a la pregunta ‘¿Quién ha hecho
esto?’, no responden ya ni un ‘yo’ ni un ‘nosotros’, es decir, ni una persona
ni una colectividad, el ejercicio del poder se convierte en un efecto de la
naturaleza”
(Romano Guardini, “El Poder”).
Una
nación en dos estados.
Por qué se
llegó a este punto de tensión con Uruguay será motivo de la indagación
histórica; en estos momentos no se explica. Sí está claro que la situación debe
detenerse cuanto antes y encausarse por carriles de los que no debió salir
nunca, o sea una negociación directa paciente y franca. No se trata, por
cierto, de un problema solo de la Provincia de Entre Ríos, aún cuando ella sea
una perjudicada directa. Esta trabazón de posturas irreductibles ha llegado a
tal extremo de peligrosidad que solo una reunión entre Tabaré V. y Néstor K.
permitiría que equipos técnicos de ambas márgenes empiecen a desandar lo mal
andado hasta el momento. Ambos gobiernos han cometido errores -por acción u
omisión- en distintos niveles e intensidad. Pero Uruguay no detendrá la
construcción de las fábricas: como en el caso de Itaipú vs. la cota de Corpus,
otra vez nos ganó la política de los hechos consumados.