Revista Claves Nº 178 - Abril de 2009
OPINIÓN
RESUMIDA DE GEB
Que la economía mundial se halla en una crisis de
magnitud, no caben dudas; como tampoco que su pronóstico es impredecible. Sus
causas y la consideración acerca de si era o no previsible-evitable (en lo
personal intuyo que sí), excede el espacio de esta reflexión. El portentoso
desfalco de B.L. Madoff o la caída no menos escandalosa de Lehman Brothers fueron
algunos de los temblores que preanunciaron el terremoto. ¿Quién recuerda ahora a
WorldCom y Enron Corp. en Estados Unidos, Vivendi Universal en Francia o
Parmalat en Italia, todas variaciones sobre el mismo tema? Si hay algo que
pueda denominarse “capitalismo salvaje” (v.
Claves nº 105, nov./2001), están esos casos para definirlo a la vez que reclaman
controles más rigurosos de un sistema financiero internacional ciego, sordo y
mudo. Buscar los responsables parece un ejercicio saludable. El castigo, sea de
cárcel o una condena moral internacional, indicará hasta dónde introducir el
bisturí. Mucha plata sucia dando vuelta por paraísos fiscales, apenas la punta
del iceberg de cuestiones más complejas, reclama cuán dispuestas están las grandes
potencias a inducir cambios de fondo y perdurables.