24 de mayo de 2011

No es justicia la de mano propia


Claves Nº 199 – mayo 2011
 
(“Ojo por ojo nos vamos a quedar todos ciegos”, Mahatma Ghandi)

Osama bin Laden (ObL) llevó a su tumba submarina secretos que difícilmente se revelarán. El odio implacable hacia los Estados Unidos y sus aliados, ya está transferido a militantes y simpatizantes pertenezcan o no a la impenetrable red Al Qaeda. Más del 60% de la sociedad norteamericana celebró con júbilo su muerte; al contrario, para los sectores fundamentalistas será símbolo de la resistencia contra la unipolaridad y los desvalores occidentales, justo mismo cuando en varios países islámicos sus pueblos reclaman inmediatos cambios políticos e institucionales[1]. ¿Su fin podía haber sido distinto? Para él, según se aprecia, no quedaba sino la “solución final”.