Claves
nº 201 – julio 2011
El guerrero que
todo lo ve (eso significa ollanta en quechua) triunfó por dos pelos. Keiko
Fujimori peleó palmo a palmo en otro final de bandera verde, en el cual Ollanta
Humala obtuvo un 51,25% de los votos contra el 48,74% de su contrincante. ¿Desequilibró
la balanza la prédica de Mario Vargas Llosa convenciendo a los indecisos de las
clases medias urbanas, acaso el explícito apoyo de Alejandro Toledo o es nomás
la hora del presidente electo en esta su segunda incursión? Pero, ¿cuál Humala
asumirá la presidencia el 28 de julio: el nacionalista irreductible de ayer o
el progresista moderado de hoy? ¡Qué cosa Perú, qué cosa la zigzagueante dirigencia
política de nuestra América Hispana!
Alan
García concluirá el presente mandato mejor que su anterior aunque parecido al final
de Toledo, esto es con prestigio personal en picada. Los peruanos aún no asumen
que AT, enganchado a las reformas neoliberales de los años ‘90 promovidas por
Fujimori padre, contribuyó a consolidar las bases macroeconómicas del Perú
actual en progresiva evolución desde los ’80 del siglo pasado, luego aprovechadas
por el “otro” García quien concluye la segunda presidencia con escasa popularidad
y sin que, de nuevo, a la gente parezca importarle demasiado el fuerte crecimiento
de la economía durante este quinquenio, que a su vez también aprovechará OH… si
es que aprendió la lección de 2006. Corsi
e ricorsi, que le dicen. ¿Qué buscaba, qué pretende aquel electorado?