Revista
Claves nº 223 - septiembre de 2013
"No hay vientos favorables para el
marinero que no sabe qué rumbo poner" (Séneca)
El
martes 3 de septiembre en la sede del COPAIPA, por su iniciativa y la del
Círculo de Legisladores y FEPUSa, hubo un acto de apoyo a la sanción de la ley
de creación del Consejo Económico y Social (CEyS)[1], órgano consultivo incorporado a la
Constitución de Salta, en la reforma de julio de 1986. En la ocasión se homenajeó
a las Cámaras de Comercio e Industria y de Comercio Exterior, al grupo GEICOS,
Fundación Salta y a Pro Cultura, entidades de larga trayectoria en nuestro
medio.
Plenitud
de tiempos
No es momento para reproches sino de celebración… y
cauto optimismo. Pero algún día sabremos en detalle por qué los principales
actores políticos de la Provincia demoraron 27 años en aprobar esa ley. Una
respuesta sincera –y quizás contrita- a este requerimiento servirá para garantizar
la supervivencia y eficacia del nuevo ente público no estatal, cuya vigencia
han reclamado sin pausa los sectores sociales intermedios en diversas
oportunidades y de muchas maneras. [De lejos abruma una sospecha: en la
política vernácula, pequeña y hostil, el uso y abuso de lo coyuntural continúa
siendo pingüe negocio de filibusteros].
La sanción a mediados de agosto ocurre en un
contexto inauditamente propicio: el Gobierno provincial cuenta desde 2009 con
una Secretaría de Planificación Estratégica y la Fundación Salta -con apoyo oficial
y de la Universidad Austral- aportó un Plan
de Desarrollo Estratégico SALTA 2030,
empeñosamente elaborado. Finalmente los planetas se alinearon y hoy es
ahora o nunca.