Diario El Tribuno, 8 de marzo de 2018
El presidente Macri habilitó debatir sobre
la sensible cuestión del aborto y admitió que sus legisladores de Cambiemos
voten a conciencia (¿!). “Alguien” le habrá soplado que la cuestión viene al
pelo, una vía de escape para zafar de los atolladeros que el propio gobierno se
procura. Si así fue, la carencia de estrategias para el largo plazo confirma
que el nuestro es un país sin proyecto.
De inmediato se disparó otro debate vocinglero
all’uso nostro en diarios, radios y
tv de penetración nacional, colapsando una agenda política que arde. Todo es liviano,
confuso y con buena dosis de cinismo, pese a que -por la esencia del tema-
debiera ser reflexivo, transparente, sin apuros ni chicanas. La sorprendida
opinión pública volvió a quedar descolocada.