Diario El Tribuno, 2 de septiembre de 2018 – Suplemento
Día de la Industria
La industrialización integral de la Argentina continúa
siendo la mayor asignatura pendiente desde fines del siglo XIX. Por entonces, la
fórmula agroexportadora funcionaba muy bien, inserta en una división
internacional del trabajo que nos asignara el papel de proveedores de materias
primas. Tal esquema fue sostenido, sin mayores fisuras, por aquella emblemática
Generación del 80. ¿Para qué cambiar lo que bien andaba y nos ponía entre las
economías más pujantes del planeta? Sin embargo, dentro mismo de ese colectivo
habían disputas internas sobre cómo debía ser la estructura productiva
nacional. Las divergencias repercutían en un esquema de poder construido sobre ganados
y mieses y, para salvarlo, hubo que recurrir a la Ley Sáenz Peña – Gómez que
introdujo el voto universal y obligatorio.