Mdme. Aude Maio-Coliche -
embajadora de la Unión Europea en la Argentina desde junio de 2017- vino a
participar en el IV Encuentro Mundial del Gran Chaco Americano (en rigor,
Sudamericano), una de las regiones más descuidadas de esta porción del
subcontinente.
Su visita quedó registrada en el
reportaje que El Tribuno publicó en la edición del jueves 18, del cual
rescatamos algunas perlitas: "...la UE considera que regiones como el Gran
Chaco son esenciales para nuestro propio desarrollo"; "La región ...
tiene reservas en aguas, es un pulmón con mucho oxígeno, tiene una
biodiversidad enorme y también culturas diversas. En ese sentido es un bien
público de la humanidad"; "...el objetivo de nuestro financiamiento
(es) reforzar la gobernabilidad y la participación de todos en ese proceso
decisional".
La vieja y cruel Europa sigue
asumiendo el deber moral civilizador de los espacios en que se proyectan sus
intereses. Y eso puede ocurrir tanto con la región chaqueña como con el
Atlántico Sur o en cualquier rincón del planeta.
El sutil lenguaje de la diplomacia
requiere interpretar esas frases cargadas de definiciones y contenidos. No son
para nada gratuitas. Tampoco se trata de florida retórica gala. Ella dejó un
mensaje concreto: los proyectos de inversiones deberán alinearse con esa visión
de las cosas, justificadas en la monserga posmoderna: sustentabilidad,
gobernanza, empoderamiento.
El importante encuentro se realizó
en nuestra ciudad los días 15 y 16 de este mes, con presencia básica de
delegaciones de los países involucrados en la región, esto es Argentina,
Bolivia, Brasil y Paraguay. También asistieron representantes del Banco Mundial
y del BID, representantes de ongs y asociaciones civiles.
Se realizaron debates en diversas
comisiones y según las temáticas propuestas, pero no hay noticias de las
conclusiones arribadas y, en su caso, si se harán públicas. Se habló además de
financiamiento de proyectos, aunque no está claro por quién, cuánto y para qué.
[Pregunta: ¿habrán participado delegados de nuestro Consejo Económico y
Social?].
Rediseño del mundo
El Gran Chaco es una inmensa
llanura que constituye un eje geopolítico del centro oeste sudamericano; sus
1.141.000 km2 aproximados -casi la mitad de nuestra superficie continental- se
distribuyen entre los cuatro países mencionados. La porción argentina (59% del
total) comprende a cuatro provincias de la región del Norte Grande Argentino
(Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero), e incluye el olvidado y
paupérrimo oriente salteño.
A nadie escapa que en un mundo cuyo
rediseño geopolítico recién se está formando (y con agudos dolores de
gestación), el control de los recursos naturales será fuente de disputas entre
los Estados, cualquiera sea el lugar donde aquellos se encuentren.
En ese contexto, las organizaciones
internacionales tienden a injerir en las políticas nacionales, con mayor razón
cuando ciertos gobiernos son displicentes a la hora de programar su desarrollo
integral.
Por un lado, la dama visitante no
pudo ser más explícita al sostener que la región hace al propio interés
europeo. Y una manera de explicitarlo es mantenerla intangible, preservarla,
haciendo lo necesario para constituirla en reserva natural. Los planes de
ordenamiento territorial, que tanto debate han generado en Salta, podrían terminar
resueltos por esa vía.
Por otro, qué significa que
regiones como esta sean "bien público de la humanidad". En el derecho
internacional no existe tal cosa; lo más parecido es el patrimonio común de la
humanidad. Pero en dicha categoría caben la luna, alta mar, los fondos marinos
y oceánicos, en los cuales no existe dominio estatal sino un interés superior
de la raza humana. Nadie puede apropiarse de esos espacios y su explotación es
en beneficio de todos los pueblos del mundo; por eso la comunidad internacional
celebra tratados regulatorios, siendo los Estados libres de adherirse o no a
ellos.
En todo caso, esos "bienes
públicos" (si por tales entendemos los recursos hídricos, minerales, flora
y fauna) pertenecen al dominio exclusivo de cada Estado nacional, que implica
muy otra cosa. Sería de supina ingenuidad no considerar que, a pesar de la altruista
intención, quienes más pueden aprovechar los recursos naturales son los
gobiernos que cuentan con la tecnología y los capitales suficientes. Eso
explica que, de tanto en tanto, haya una fuerte presión para declarar a la
Antártida o a la selva amazónica patrimonio común humano.
Finalmente está lo del
reforzamiento de la gobernabilidad. Nos parece imprescindible tener claro a qué
apunta esto, pues en simple lectura involucra la institucionalidad prevista en
nuestras constituciones nacionales, provinciales y leyes orgánicas. Si atrás de
esto se hallan nuevas propuestas autonómicas, más vale que funcionarios y
legisladores salteños desplieguen toda su atención para evitar futuros dolores
de cabeza.
Bienvenida las ayudas económicas,
más en estos tiempos, siempre que tengamos bien claro que la agenda, los
diseños, objetivos y prioridades son asuntos exclusivamente nuestros; sin
perjuicio de la cooperación subregional con nuestros vecinos de la Zicosur,
ámbito en el cual podrían encausarse las problemáticas comunes.
Aunque esa es otra historia.
1 comentario:
Muy interesante. Saludos.
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