Claves nº 188 – abril 2010
Recuperar la
iniciativa
Una vez más se comprueba que,
desde 1982, el n° 10 de Downing Street
lleva la iniciativa. El traslado de una plataforma of shore para buscar petróleo en el subsuelo, sacudió la argentina
rutina de estériles enfrentamientos facciosos. Malvinas son de las pocas causas
que nos pueden sacudir la modorra, a pesar del alto nivel de “desmalvinización”
denunciado con razón por los ex combatientes.
Asimismo, la sola movilización del
artificio marca las diferencias cualitativas de los proyectos de uno y otro
bando. El ex secretario de energía Daniel Montamat calculó una reserva de 3.600
millones de barriles en el Mar del Norte (la nuestra es de 2.600 millones), que
la economía británica consumirá en una década (“El potencial petrolero de Malvinas”, Clarín, 15/02/10). El agotamiento de esa cuenca provocó la
búsqueda por estas latitudes.
Si bien el objeto de este
artículo no es la situación energética argentina, una acertada política petrolera
puede abrir líneas de acción que apunten a destrabar el conflicto. No olvidemos
que la política externa de un país es reflejo de su política interna. En un
trabajo titulado “Análisis del Sector de Refinerías en Argentina con el Modelo
MESSAGE” (I. Torino Aráoz, G.A. Barbarán
y D. Maur, Boletín Energético nº 21,
CNEA, 1er. semestre 2008), sus autores prevén la inminente conversión de
Argentina -el 80% de nuestro consumo energético primario proviene de
combustibles fósiles- en un importador neto de petróleo y derivados; los
números son fácilmente verificables: bajado la extracción y no hay inversión en
exploración (D. Kokogian, “Las reservas
de petróleo y de gas”, Revista
Petrotecnia, abril 2004; J.C. Pucci, “Situación de las cuencas marinas de
la República Argentina”, Revista
Petrotecnia, abril 2006). ¿Acaso hallar 30.000 millones de barriles en
su subsuelo marino ha sido una pura suerte brasileña? Años especializándose en
la construcción de plataformas conducían a tal resultado.
El Foreing Office no pudo disimular su asombro por el apoyo que 32
países -incluidas las cinco ex colonias británicas caribeñas- brindaron a la
Argentina en la “Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe”, reunida en
febrero pasado en Playa del Carmen, para crear un nuevo ente de la fusión entre
el Grupo Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe. Después de la reunión
multilateral, la ofensiva diplomática continuó en la OEA y en Naciones Unidas,
un expreso pedido de mediación de EUA –“neutral” en la disputa- por parte de
Cristina a Hillary, lográndose apoyos explícitos como el del presidente Lula. Mientras tanto, el pliego de José
Nun -intelectual respetado, pero ni diplomático de carrera ni experto en
Malvinas- espera el acuerdo de un Senado enmarañado en la coyuntura.
La recorrida por foros
multilaterales es útil y necesaria pero insuficiente, pues nuestro país carece
de una agenda bilateral activa y, más importante aún, no promueve políticas
internas que construyan verdadero poder nacional.